GENTE VERITAS
Ivanna tiene muy claro el día en que empezó a formar parte de la Universidad VERITAS: “… el 13 de enero del 2020” porque el flechazo fue inmediato: “Yo me enamoré plenamente de la Universidad VERITAS. Es mi ambiente, mi lugar, es diseño, todo lo que me imaginé”.
Aunque estuvo en el campus muy poco tiempo en el 2020, supo que la éste era su hábitat: “…era nueva, no socialicé con mucha gente y lo que más disfruté con mis compañeras eran los pufs”, dice entre risas.
Hoy está segura de su carrera, la arquitectura, pero no siempre fue así: “…antes quería ser chef y estudiar en Le Cordon Bleu” Siempre le llamó la atención las labores manuales: “… de niña podía jugar horas transformando una caja de cartón o armando legos”. Pero se decidió por la arquitectura durante su época del colegio al hacer una pasantía en una oficina de arquitectos.
Su secundaria la realizó en la Británica y el Saint Mary, donde terminó realizando un Bachillerato Internacional “…era educación totalmente convencional pero aprecio que nos impulsaron a desarrollar el pensamiento crítico con mucha lectura y redacción de ensayos, …que yo aprovechaba para escribir sobre temas que me interesaban como la proporción aurea, Gaudí y Le Corbusier”.
La pandemia ha sido todo un reto para Ivanna: “Ha sido muy frustrante, soy muy kinestésica, necesito al profesor al lado mío rayando las hojas. Para mí lo más lindo de la carrera es estar en la U, hacer excursiones, análisis de sitio, pero no solo por lo académico, sino por lo humano, conocer gente y vacilar.” Pero sin duda lo más duro es no poder ir a visitar su familia en Panamá. “Tengo un año sin ver a mi familia”.
Y es que Ivanna se autodefine como: “tica-panameña”, su acento la delata: “… se marca más cuando viajo allá” y explica: “…nací aquí, pero, siempre fui a visitar a la familia de mi mamá en Panamá, estaba en dos kinders al mismo tiempo, uno acá y otro allá. Mis primeros cumpleaños los celebré allá, siempre ha tenido demasiada influencia y relación, sobre todo con mis abuelos”.
La pandemia la alejó de su familia, sus amigos, la comida y las esperadas clases de pintura que llevaba en Panamá con el pintor Víctor Chirú. “Todos están bien, con salud, eso me da paz, son mi todo, mi conexión con mi abuela es muy fuerte, una gran influencia sobre mí”, nos añade.
El escape de Ivanna era siempre Panamá y una de sus mayores alegrías: “Mi familia es de Chiriquí, una zona caliente, cerca de la frontera con Costa Rica. En 40 minutos tenés playa, en 30 minutos tenés montaña, un volcán, campos, café y fresas.” Y nos comparte algunas de los recuerdos más vívidos: “La Feria de las Flores y el Café en enero, a la que asistía con mis primos. Cerca del Volcán vendían unas galletas muy sabrosas.” Pero, sobre todo extraña: “…la gente. El panameño es muy particular, tiene color, iluminan, son muy activos”. Y así es Ivanna, una brillante representante de su parte panameña, es una persona en constante movimiento, que desprende energía y alegría.
Ivanna con el traje típico de Panamá.
Nuestra invitada a Gente VERITAS tiene una autoimagen muy definida y nos encanta: “Soy muy comprometida con lo que hago, doy todo. También soy muy ambiciosa, determinada, cuando quiero algo soy muy perseverante, muy fuerte en todo el sentido de la palabra y adaptable. Hablo con todo el mundo, soy sociable y muy activa, no puedo estar quieta”
Esa energía y los deseos de ayudar la llevaron a la Asociación de Estudiantes de Arquitectura: “Entre a la Aso en taller 2, con 17 años, entré a la U súper joven”. Y estar en la asociación le ha dado muy buenos resultados: “Me tocó moderar charla de invitada que llegó a hablarnos de Patrimonio: Alicia Zamora…estaba temblando y pensaba: sos una chiquita en comparación con los demás, pero me lancé y aprendí muchísimo”.
Y nos añade con convicción: “…hay que arriesgar, no hay que dejarse llevar por lo que digan los demás, la gente siempre va a hablar. Y si me botan 3 veces, me levanto 4.”
Ivanna ya no lo piensa como profesión, pero sigue amando la cocina: “Es uno de mis pasatiempos favoritos. Cocino de todo desde que tengo memoria, mi papá me enseñó, en especial lo salado, lo dulce no es lo mío, excepto el pie de manzana, receta húngara de la familia de mi papá”.
También Ivanna le gusta nadar, antes entrenaba en el equipo del Tennis Club: “nadar es terapia, una hora en el agua y puedo seguir. Tengo escoliosis, nadar también me ayuda con el dolor de espalda”. Y le gustaba bailar: “…hip hop, jazz, ballet, Vogue, hasta que me lesioné y ya no puedo”.
Ivanna tiene un emprendimiento “Inara”, luz en árabe, que produce productos en resina y bolsos: “…ahora lo tengo en pausa, pero debo retomarlo este año”También tiene una mascota adoptada: “una perrita que se llama Cleo, tiene 5 meses y es enorme y terrible”.
Otro de los regalos de la VERITAS son los amigos: “Entrar a la U me hizo conocer a las mejores personas, más que amigos son mi segunda familia, siempre han estado ahí en las peores y en las mejores. Gracias a ellos soy la que Iva que soy hoy”.
Ivanna crece cada día más en los cursos de su carrera, esperamos pronto vernos en el campus en persona y que ella pueda reencontrarse con su familia en su querida Panamá.
Playa Las Lajas, la preferida de Ivanna en Panamá.
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