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Actualizado: 28 jun 2021

GENTE VERITAS



Conversamos con el estudiante de la Escuela de Cine & TV José Carlos López quien en el reciente CRFIC 9 recibió por su obra “En cada casa vacía” el premio al Mejor Cortometraje Nacional., “…por su potencialidad artística y constante indagación creativa”.


“El jurado acuerda otorgar el premio al Mejor Cortometraje a “En cada casa vacía” de Charlie López por el desafío de narrar un duelo hilando un relato conmovedor, articulando con precisión un cuerpo errante y una figura ausente que aún reverbera en el espacio. En sus silencios y omisiones “En cada casa vacía” retrata con sensibilidad y sin estridencias un drama inenarrable: el misterio insondable de la muerte.”


¿Comentanos de tu cortometraje “En cada casa vacía?

Es un cortometraje de ficción que realizamos para el segundo año de carrera.. Es un drama construido en clases de Guión, de Dirección y va sobre este hombre mayor que vuelve a su pueblo luego de muchos años de estar fuera, para encargarse de la muerte de su hermano y sus cenizas, además de la casa en la que ambos crecieron. Es el reencuentro de este hombre que no tenía una relación constructiva con su hermano y con su pueblo y debe enfrentarse a esto, permitiéndose vivir ese duelo, lidiando cómo terminar procesos, después de la muerte. Fue mi interesante porque lo grabamos en Atenas, donde yo crecí y viven mis papás. Sabía que quería hacerlo ahí. Esa relación de distancia que yo tuve con mis raíces, era muy parecida a la relación que tuve con mi hermano mayor. En el momento se dio casi como un paralelismo entre el personaje de mi historia y yo. Sí fue bastante emocionante y que requirió mucha vulnerabilidad, pero, creo que nos salió bien.



¿Cuándo se produjo y se grabó “En cada casa vacía”?

En el 2019, a finales. Luego edité una versión para presentar a la escuela y no me fascinaba el resultado. Estaba bien pero, no me fascinaba. Me acuerdo que Mariano González, el actor principal, me decía que debíamos añadir tomas al corto de las pruebas de estilo que habíamos grabado. Y yo todo “cabeza dura” me negaba.

Mariano falleció antes de la pandemia y poco tiempo después me di cuenta que Mariano tenía razón, gracias a él me di cuenta dónde podían ir las escenas que hicimos en la prueba para darle un mayor contexto a la historia y mayor profundidad, incluso cambiar un poco el final. Combinaban muy bien, por tono y estética, eran de la misma película. Luego en la primera mitad del 2020 reedité el corto con las ideas de Mariano. “En cada casa vacía” estuvo en octubre del 2020 en el Shnit y ahora en CRFIC 9 y ya a nivel nacional cumplió con su vida útil, participando en los dos únicos festivales que tenemos para cine estudiantil.



Hablemos del Crew de esta producción ¿quiénes participaron de la Universidad?

Todos, toda mi generación participó. Esa es la curiosidad. Es una generación pequeña. Otras generaciones se dividen en grupos para hacer sus rodajes, pero nosotros éramos un solo grupo, yendo al rodaje de todos, rotando los roles. Fue un trabajo de todos, por eso es muy hermoso que haya tenido ese reconocimiento y este trayecto. Sabiendo que fuimos todos los que lo hicimos. Además de todos los profesores que nos ayudaron a formarlo: Claudia Barrionuevo y Zenén Vargas en Guión, Gustavo Arrieta y Rodrigo Durán en Producción y Alexandra Latishev y Daniel Castro en Dirección y Stefano Zolla en sonido. Es de todos, es muy de la Escuela. Y le debo el cortometraje a Mariano González, que en paz descanse, que no sería no la mitad de lo que es, sin él.


Compartinos tus ideas al haber participado en el CRFIC 9 y ganado el premio al Mejor Cortometraje Nacional

Nuestro cortometraje fue escrito y filmado antes de la Pandemia y recobró otro significado ahora, por la cercanía que todos hemos tenido con idea de la mortalidad.

Este año en el CRFIC fue una experiencia interesante de ver el panorama de qué se está haciendo en las escuelas de cine del país, de la VERITAS, de la UCR y gente que estudió afuera, pero que siguen siendo estudiantes. Ganar el mejor cortometraje nacional fue toda una sorpresa. Muchos de mis compañeros que participaron fueron a la proyección y a la premiación. Fue muy emocionante tener ese reconocimiento, que no me esperaba, subir al escenario y poder dar un discurso, tener el trofeo y que ahí estuvieran mis profesores. Aunque sea por una noche, porque aún soy estudiante y aún estoy trabajando muy duro para poder desarrollar más cosas, estar sentado al lado de los que son más grandes en esta profesión.

Tuve la experiencia de que me llegaran mensajes por Instagram y otros medios de personas que me dijeran: “me recordó mucho a mi hermano, a mi abuelo”. Que la gente se conectara con la historia y le gustara.



El premio incluye un reconocimiento económico. ¿Qué vas a hacer con ese dinero?

Yo ni siquiera sabía eso, estaba muy feliz de ganar, pero sí ya teniendo ese reconocimiento económico voy a invertirlo en mi proyecto de graduación al que le estamos poniendo mucho y queremos que llegue más allá de lo que usualmente de logra con este tipo de proyectos, con una producción más grande, ojalá con un trayecto nacional e internacional. Producir algo bien hecho.


¿Cuál es la temática de tu proyecto de graduación?

Estoy explorando la nostalgia y la memoria, creo que siempre han sido temas que han estado en los trabajos anteriores en la escuela. Es un road movie que retrata a un hombre de mediana edad que luego de su divorcio, busca a la mujer con la que perdió la virginidad, que ahora jura es su gran amor. Ha sido muy divertido explorar esta temática junto a Gabriel Jiménez que es mi productor y Sebastián Garro que es mi director de fotografía y nuestros profesores. El reto es cómo hacer a través del cine la idealización de la memoria, cómo explorar la idea del amor romántico desde la masculinidad de los baby boomers, un hombre de 56 años y lograr de que la audiencia lo apoye. Y a la vez mostrar que, con esas ideas de amor romántico de los hombres de esa generación, también viene mucha violencia y están contaminadas por matices oscuros y aun así poder contarlo con dulzura. Estamos muy felices y queremos seguir trabajando. Esperamos que con este proyecto tengamos un trayecto incluso más grande que con el proyecto “En cada casa vacía” y que le llegue a la gente y puedan empatizar y se puedan ver a ellos mismo o personas que conocen.


Considerás que en tu caso y ya con la experiencia que tenés ¿fue una buena decisión estudiar Cine &TV?

Sí y hablando desde un lugar más romántico, no me imagino haciendo nada más y creo que no sería haciendo otra cosa. Esto es lo que me gusta hacer. Hay que tomarse las cosas muy en serio, ser disciplinado, aunque no sean los trabajos propios de uno. Pero sí no tengo ninguna duda. Uno no siempre va a trabajar en el área que prefiere, pero, con esfuerzo puede hacerlo.


¿Qué es lo que más te gusta del sétimo arte?

Va cambiando a lo largo de los años. Para mí es descubrir un lenguaje nuevo, saber que uno tiene las herramientas para traducir un concepto, una idea, una sensación física o emotiva al lenguaje cinematográfico, que la audiencia va a sentir algo, que uno quería que sintiera. Esto está ligado directamente a la empatía, porque para mí escribir y hacer propuestas de dirección siempre parten de un lugar personal, tal vez solo un sentimiento, luego una historia y transmitirlo a otras personas. Es la máxima expresión de empatía y vínculo humanos que uno puede compartir con las personas, una idea que uno no podría compartir con palabras.


¿Qué consejo le darías a los estudiantes de cine actuales?

Un consejo que me daría a mí mismo cuando entré a la Universidad, sería tomarse muy en serio todos los proyectos de la U, saber que, si sale mal “no echarse a morir” pero, tomárselos en serio, sean de uno mismo o de otras personas. Porque de eso va depender la reputación o carrera que uno puede ir construyendo desde la escuela y también de quién quiera trabajar con uno y uno especialmente como director, quiere que todo el mundo quiera trabajar con uno.

No caer nunca en esa concepción de creer que es imposible, lo que hace que las personas pierdan su potencial.Creo que es el peor error, cortarse las alas a sí mismo, por miedo a qué es muy difícil o que no se puede, porque sí se puede, mientras uno se tome el trabajo en serio, de uno mismo y de los demás.


Esperamos con ansias poder ver todos los proyectos de José Carlos, un estudiante que ha sido en 3 ocasiones beca de honor en su carrera y siempre “recorre la milla extra” para conectar con la audiencia.


El cortometraje “En cada casa vacía” aún no se ha liberado, porque se está esperando la respuesta para ver si entra a otros festivales nacionales e internacionales, pero aquí está el tráiler.


Más información: https://www.costaricacinefest.go.cr/produccion/cada-casa-vacia

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